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Cápsulas de CBD y aceite de CBD: ¿cuál elegir?

Luis Prieto Escrito por Luis Prieto
junio 24, 2019

Con el mercado del CBD en alza, ahora es posible elegir entre una gran variedad de productos. Las personas que quieren comenzar a usar aceite de CBD por motivos de salud a menudo se preguntan cómo deberían usarlo. Es difícilmente discutible que el CBD puede tener efectos positivos y por eso mucha gente quiere aumentar la ingesta de cannabidiol. Dos de las opciones más habituales para introducir el CBD en la rutina diaria son los aceites de CBD y las cápsulas de CBD.

Aunque tienen mucho en común, también existen diferencias importantes entre ambos productos, lo que puede hacer difícil tomar una decisión. Si todavía te lo estás pensando, continúa leyendo para saber qué es lo mejor del aceite de CBD y de las cápsulas de CBD. Después podrás decidir de manera informada dónde invertir el dinero.

¿Qué es el aceite de CBD?

El aceite de CBD es el origen del consumo de CBD. Como patrón de referencia probado y testado, el aceite de CBD es probablemente la opción más popular para los que se inician en el mundo del CBD.

Para producir aceite de CBD, los fabricantes extraen el CBD de la planta de cáñamo, normalmente a través de la extracción con CO2, y después suspenden el extracto en un aceite inerte como el aceite de coco o el aceite de semilla de cáñamo. El resultado es una sustancia aceitosa repleta de cannabinoides que se puede utilizar de varias formas.

La forma más recomendada para usar el aceite de CBD es colocar unas gotas o pulverizaciones, dependiendo del formato en el que hayas adquirido el producto, debajo de la lengua, dejarlo actuar durante 90 segundos y tragarlo posteriormente. Al colocarlo debajo de la lengua, el CBD pasa directamente a la corriente sanguínea.

Algunas personas añaden el aceite de CBD a la comida, por lo que también es posible incluir el aceite de CBD que hayas elegido en tus recetas.

¿Qué son las cápsulas de CBD?

Son, básicamente, lo que pone en el envase: cápsulas que contienen CBD. Por lo general se trata de CBD suspendido en una cápsula de gel.

Se producen de una forma similar al aceite de CBD, extrayendo el CBD y otros cannabinoides del cáñamo y suspendiéndolos en la cápsula de gel. Sin embargo, el método de consumo es diferente, ya que se ingieren una o dos cápsulas con agua como lo harías con cualquier otra cápsula o pastilla.

Ahora que sabemos qué es cada cosa, vamos a explicar cuáles son las diferencias entre ambos productos.

Sabor

Cualquier persona que haya probado el aceite de CBD sabrá que tiene un sabor que no suele gustar. Es necesario, por así decirlo, que el paladar se acostumbre. Como está compuesto únicamente de extractos de cannabinoide en aceite, el sabor del aceite de CBD es muy terroso y natural, lo que hace que algunos afirmen que les revuelve el estómago. Esto se puede deber, en parte, a la textura aceitosa. Como hay que mantener el aceite en la boca durante más de un minuto, tanto la textura como el sabor resultan difíciles de asimilar para algunos consumidores.

Aunque el sabor se puede pasar con caramelos, bebidas o incorporando el aceite a alguna receta, muchas personas pueden preferir una opción más práctica e insípida. Aquí es cuando las cápsulas de CBD entran en escena. Como no son más que cápsulas de gel que desaparecen al instante, no saben a nada. Si no consigues asimilar el sabor del aceite de CBD, las cápsulas de CBD pueden ser la mejor opción para ti.

Comodidad

Tanto las cápsulas como el aceite de CBD son bastante prácticos. Ambos se administran fácilmente, aunque quizá las cápsulas superan a los aceites si eres una persona atareada que suele ir con prisa, ya que si usas el aceite debes mantenerlo debajo de la lengua durante un minuto y medio y puede resultar una opción menos práctica si tienes cosas que hacer.

Otra ventaja de las cápsulas de CBD es que son más prácticas a la hora de viajar, ya que las puedes llevar prácticamente a cualquier sitio. Las cápsulas ganan otro punto en este sentido.

Otro aspecto a tener en cuenta es la dosificación, aunque es bastante similar entre el aceite de CBD y las cápsulas de CBD. Los aceites están disponibles en un envase con gotero o con espray y normalmente se informa de los miligramos de CBD por gota o pulverización en la etiqueta. Por tanto, es muy fácil calcular cuánto CBD estás ingiriendo con cada dosis. Con las cápsulas de CBD la dosis está preestablecida, ya que cada cápsula contiene una cantidad específica de CBD. Ninguna de las dos opciones es más fácil que la otra, así que en lo que a la dosificación se refiere podríamos decir que ambos productos están a la par.

Discreción

Aunque la popularidad del CBD no deja de crecer, algunas personas siguen teniendo dudas sobre su consumo al proceder del cannabis. El uso de CBD está en una especie de vacío legal, y por eso algunos prefieren que el consumo de CBD se mantenga como algo discreto. Bien sea por compañeros de trabajo juiciosos o por la inseguridad que puede provocar el uso de suplementos en público, mucha gente prefiere ser discreta sobre este asunto.

No cabe duda de que las cápsulas de CBD son la forma más sutil de ingerir CBD, ya que poner unas gotas de aceite de CBD debajo de la lengua es una acción bastante obvia, pero tomar una pastilla pasa bastante desapercibido. Seguramente no llamarás la atención al hacerlo y no te convertirás en el foco de atención.

Biodisponibilidad

Cuando consumes cualquier sustancia, el cuerpo la descompone de varias formas dependiendo de cómo la tomes. Si quieres aprovechar al máximo el CBD, es importante saber exactamente cuánto llega al sistema para que el cuerpo lo utilice.

Tomar cápsulas es lo mismo que tomar un alimento con CBD. Al ingerirlo de forma oral, tiene que atravesar el sistema digestivo para que el cuerpo lo descomponga. Se han realizado muchos estudios sobre la biodisponibilidad del CBD cuando se ingiere de esta forma, pero los resultados no son del todo concluyentes. Un estudio realizado en 2009 por Marilyn Huestis demostró que la tasa de biodisponibilidad está entre el 4% y el 20%, siendo el 20% una estimación bastante optimista si tenemos en cuenta cualquier otro estudio sobre este tema. Lamentablemente, se trata de una tasa de biodisponibilidad muy baja.

Ingiriendo el aceite de CBD de forma sublingual, el CBD es absorbido directamente por la corriente sanguínea a través de la glándula sublingual. Un estudio de 2012 realizado por Schoedel y Harrison demostró que la biodisponibilidad a través de este método varía entre el 12% y el 35%, por lo que es mucho más alta que la tasa obtenida por consumo oral.

Aceite para suspender el CBD

Muchos fabricantes utilizan aceite de coco como medio inerte para suspender el CBD. El aceite de coco es muy rico en grasas saturadas, por lo que el cuerpo no lo digiere bien. Al tragar el aceite de CBD, esas grasas pueden permanecer pegadas a las paredes de los intestinos durante un tiempo, facilitando que el sistema pueda absorber una mayor cantidad de CBD. Aunque suena un poco desagradable, finalmente las partículas de grasa son arrastradas siempre que no comas demasiada comida rica en grasas.

En conclusión, el aceite de CBD facilita una biodisponibilidad mucho mayor, lo que significa que puedes aprovechar mejor el dinero invertido en el aceite que en las cápsulas.

El veredicto: ¿cuál es mejor?

No somos quiénes para decir si el aceite de CBD es mejor que las cápsulas de CBD o viceversa, porque depende de lo que busque cada persona en concreto. Si te preocupa la discreción y la comodidad, puede que las cápsulas de CBD sean la mejor opción, mientras que los aceites de CBD son más adecuados si buscas versatilidad o intensidad.

Esperamos que esta información aclare tus dudas y facilite tu decisión. Si has probado ambas opciones, cuéntanos en los comentarios si prefieres los aceites de CBD o las cápsulas de CBD.