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Cómo se hace el aceite de CBD: explicamos el proceso

Sandra Arroyo Escrito por Sandra Arroyo
agosto 12, 2019

Puede que últimamente hayas oído hablar del CBD porque cada vez está más de moda. Si te has encontrado con productos como el aceite de CBD en el mercado, quizá te haya surgido la duda de cómo los hacen. Después de todo, es menos probable que un usuario compre un producto si no sabe de dónde procede. En este artículo te vamos a explicar cómo se hace el aceite de CBD, aunque primero vamos a responder a la pregunta más habitual sobre este tema: ¿qué es el aceite de CBD?

¿Qué es el aceite de CBD?

El cannabidiol, a menudo conocido como CBD, es un cannabinoide, es decir, una sustancia presente en la planta de cannabis. Aquí es donde mucha gente se sorprende al relacionar el cannabis con una planta ilegal que se utiliza como una droga recreativa por sus efectos psicoactivos.

Ese efecto lo consigue el THC o tetrahidrocannabinol, otra forma de cannabinoide que no actúa de la misma forma que el CBD. Mientras que el THC estimula el cerebro produciendo ese efecto de «colocón», el CBD no produce ese mismo efecto, sino que tiene algunos efectos sobre otros sistemas del cuerpo. Dicho de otra forma, el CBD no tiene efectos psicoactivos.

Por ese motivo mucha gente está empezando a utilizar aceites de CBD en su rutina diaria, ya que se ha sugerido que esta sustancia puede mejorar la salud y el bienestar general y ayudar al cuerpo a mantenerse en un estado saludable.

Aunque hay un creciente número de productos con CBD disponibles, el aceite de CBD es el más común. Este producto consta de CBD suspendido en una sustancia aceitosa que normalmente se ingiere de forma sublingual manteniendo unas gotas bajo la lengua durante unos 90 segundos antes de tragarlo.

Pero ¿cómo se separa el CBD del resto de cannabinoides de la planta? ¿Y cómo se transforma en aceite?

Paso 1: cultivar el cáñamo

Lo primero que debemos saber es que en España, como en muchos otros países, es ilegal cultivar la planta de cannabis en su variedad de marihuana. La marihuana es la variedad de esta familia de plantas más conocida por su alto contenido en THC y su habitual uso recreativo. El cáñamo, por el contrario, siempre contiene menos del 0,03% de THC, lo que significa que su estado legal es diferente.

Como el cáñamo no tiene efectos psicoactivos, en España es legal cultivar esta planta siempre que se trate de cáñamo industrial procedente de semillas certificadas por la UE. De esta forma se garantiza que los productos con CBD que se ponen a la venta nunca contengan una cantidad de THC que supere el límite legal del 0,2%, garantizando así la seguridad de los consumidores.

Es importante que el cáñamo industrial se cultive en suelo limpio, porque, aunque se trata de una planta que puede sobrevivir en entornos ásperos, tiene la capacidad de absorber las toxinas del suelo en el que crece. Las normativas de la UE sobre agricultura garantizan las buenas condiciones del suelo, así que es poco probable que el cáñamo que se cultiva en Europa esté contaminado.

Los agricultores cultivan el cáñamo industrial para los fabricantes de CBD, que son los encargados de llevar a cabo el siguiente paso.

Paso 2: el proceso de extracción

Aquí es donde suelen surgir la mayoría de las preguntas. Para poder vender el producto, las empresas tienen que separar el CBD de la materia vegetal de la planta. Existen varias formas de hacerlo y varias cosas a tener en cuenta.

Es posible comprar CBD aislado, pero no tiene por qué ser la mejor opción. Estudios sobre la planta de cannabis sugieren que todos los cannabinoides y terpenos (las sustancias que aportan sabores y aromas específicos a las plantas) actúan en sinergia dando lugar al efecto séquito, es decir, que resulta más efectivo ingerir varios cannabinoides y terpenos al mismo tiempo. Por eso muchas empresas venden aceite de CBD de amplio espectro o de espectro completo, refiriéndose a que contiene diferentes sustancias.

Vamos a explicar cómo se pueden extraer los cannabinoides de la planta para conseguir un aceite de CBD de espectro completo. Estos son los métodos más habituales:

  • Extracción con aceite de oliva: la materia cruda de la planta se puede cocer en aceite de oliva a unos 100ºC durante 1-2 horas para sacar los cannabinoides del cáñamo. El resultado es un aceite de cannabidiol casero con el CBD ya suspendido en el aceite de oliva. La desventaja de este método está en que normalmente se producen cantidades bajas y el aceite es bastante perecedero.
  • Extracción con disolvente: para obtener una mayor producción, se puede colocar la materia de la planta cruda en un disolvente como alcohol, etanol o butano para extraer los cannabinoides de la planta. Pero este método tiene varios inconvenientes. Por un lado, esta técnica extrae también parte de la clorofila de la planta, una sustancia que puede ser perjudicial para la salud. Por otro lado, los disolventes son dañinos para la salud y por tanto el producto final puede no resultar seguro para el consumo.
  • Extracción con hielo seco: las plantas de cáñamo están cubiertas por una resina vegetal y por tricomas. Llenar un cubo con la materia de la planta y con hielo seco puede congelar las resinas, y estas se pueden separar de la materia vegetal para extraer los cannabinoides que se encuentran en la resina. Aunque se obtiene una producción considerable, los aceites resultantes pueden no ser de muy buena calidad.

Los fabricantes no suelen recurrir a estos métodos para producir aceite de CBD, sino que generalmente optan por una técnica más efectiva que produce un aceite seguro de gran calidad: la extracción con CO2.

Extracción con CO2 supercrítico

Este método de extracción es el más caro y el que requiere una mayor especialización. Sin embargo, está muy por encima de los anteriores por su eficacia y por la seguridad del producto final.

Se trata de una técnica que requiere de un sistema de circuito cerrado en una gran máquina de extracción. La materia cruda del cáñamo se coloca en una cámara de extracción, y en una cámara diferente se enfría el dióxido de carbono (CO2) a -56ºC con un aumento de la presión de 75 libras (34 kg.) por pulgada cuadrada (psi). En estas condiciones el CO2 alcanza un estado supercrítico: se comporta como un líquido y como un gas al mismo tiempo. Cuando esto ocurre, actúa de forma similar a un disolvente.

Entonces el CO2 supercrítico pasa a una cámara de extracción donde puede mantener su densidad para cumplir con sus funciones disolventes igual que un líquido, al tiempo que es capaz de llenar la cámara por completo como un gas. Así logra separar los cannabinoides y terpenos del cáñamo sin desnaturalizar ni dañar ninguna de las sustancias.

Después todo pasa a un separador, las sustancias extraídas se envían a un contenedor de recolección y el CO2 pasa por un condensador para volver a su estado original. Así, el CO2 se puede reciclar y reutilizar para volver a realizar el proceso.

Una vez extraídas las sustancias ya se pueden añadir a un aceite, que normalmente es de coco o de cáñamo. El aceite de cáñamo, por si te lo estás preguntando, se suele hacer a través del prensado en frío de las semillas de cáñamo, que son muy saludables.

Paso 3: purificación

Algunas empresas llevan a cabo algún paso más para garantizar que su aceite de CBD sea puro y seguro. Uno de esos pasos es la «invernalización». Normalmente este proceso se realiza cuando el aceite de CBD está destinado al uso con vapeadores, porque el extracto puede contener ceras de la planta que resultan perjudiciales para los pulmones, aunque algunos aceites de consumo sublingual también pasan por este proceso.

A través de esta técnica se realiza un lavado con alcohol del extracto de CBD. El CBD empapado en alcohol se congela para separar el CBD puro de otros productos residuales. Como hemos mencionado, se trata de un producto ideal para vapear, aunque también puede carecer de terpenos, de otros cannabinoides e incluso de parte del CBD, por lo que el aceite resultante es menos intenso. Por eso algunas empresas evitan realizar este paso.

Otro paso al que muchos fabricantes someten el aceite es la descarboxilación, un proceso relacionado con el calor. En el caso del cannabis, la descarboxilación activa muchas sustancias de la planta permitiendo que el cuerpo pueda beneficiarse de los efectos de estas. Algunas empresas descarboxilan la materia cruda de la planta antes de la extracción y otras aplican ese proceso al aceite.

Paso 4: análisis

Cualquier empresa fiable realizará algún análisis al final del proceso. Lamentablemente, no es un paso obligatorio y por tanto es posible que algunos productos falsos lleguen al mercado, así que compra siempre productos con CBD de empresas que proporcionen informes de laboratorio.

Los análisis implican el uso de un cromatógrafo para determinar qué conforma exactamente el producto. De esta forma las empresas pueden proporcionar un perfil de cannabinoides que detalla la presencia e intensidad de diferentes cannabinoides en el aceite. Además, algunos análisis de laboratorio indican si se han detectado en el producto fertilizantes y metales pesados como el plomo. Después de ver el informe de un análisis de laboratorio, puedes comprobar cuáles son los límites aceptables para el consumo de esos químicos para saber si sería perjudicial ingerirlo.

Los análisis son un paso fundamental del proceso de producción, y las empresas que se preocupan por los consumidores siempre los llevan a cabo. Si te surgen dudas, ponte en contacto con la empresa para pedir información, aunque los vendedores más fiables suelen publicar en su web los resultados de los análisis de laboratorios independientes.

Reflexión final

El proceso de producción de CBD no es muy complicado. La parte más compleja es el proceso de extracción de CBD con CO2, porque es necesario un equipo y un conocimiento especializados.

Esperamos que este artículo te haya aportado la información necesaria para saber cómo se hace el aceite de CBD. Quizá puedas sorprender a tus amigos si algún día surge este tema de conversación. Ahora que ya conoces el proceso, podrás hacer una compra segura de aceite de CBD porque ya sabes qué es lo que tienes que buscar: que el aceite se haya producido con el método de extracción de CO2 por ser el más seguro, y que la empresa someta sus productos a análisis de laboratorios independientes para asegurar que el proceso de producción cumple con los estándares de calidad.